Las mudanzas son eventos trascendentales en la vida de una mascota. Particularmente sensibles a estos cambios son los perros, que pueden desarrollar estrés, decaimiento y ansiedad por un rechazo temprano a entornos desconocidos. Si bien esta situación es normal durante los primeros días, debe ser tratada en caso de prolongarse en el tiempo.
En respuesta a cuánto tarda un perro en adaptarse a una nueva casa, este lapso oscila entre los 4-5 días y las 2-3 semanas. Se recomienda, durante las fases iniciales de la mudanza, estar atento al comportamiento y los hábitos alimentarios de la mascota.
Determinadas actitudes son síntomas claros de estrés en perros por cambio de casa. Así, la inapetencia continua, los ladridos y lloros reiterados, la necesidad de esconderse o el miedo manifiesto (orejas bajas, cola retraída) deben ser interpretados de esta forma.
Cómo acostumbrar a un perro adulto a una nueva casa
La adaptación de perros a una nueva casa debe realizarse paulatinamente, empleando distintas estrategias, como pasearlo por los contornos de la futura residencias antes de la mudanza. De este modo, el animal podrá familiarizarse con los olores, el clima, etcétera, de su próximo hábitat, reduciendo así el shock que supone el abandono de una vivienda por otra.
«Hemos cambiado de casa y mi perro no come», ha manifestado una usuaria de Twitter. Ciertamente, la alimentación canina es otro de los interrogantes que surgen durante una mudanza. Pese a ser una situación común en traslados con animales, la inapetencia debe ser corregida cuanto antes, pues diversos estudios han relacionado la deficiencia de nutrientes con altos niveles de estrés y de ansiedad en perros. Por consiguiente, un régimen equilibrado de carbohidratos, grasas saludables, vitaminas y minerales es indispensable en la dieta canina, antes y después del cambio residencial.
Además, el descubrimiento del nuevo hogar debe presentarse como una experiencia positiva. En lugar de aislar a la mascota (ya sea para evitar conflictos vecinales o molestias durante el desempaquetado), es aconsejable permitir que explore el interior y exterior de la vivienda con una autonomía razonable, sin imponerle normas que restrinjan su libertad. De lo contrario, el animal percibirá negativamente el cambio si debe pasar la mayor parte del tiempo entre cuatro paredes o encadenado a su caseta.
En la mayoría de los casos, la adaptación del can al nuevo domicilio es cuestión de tiempo, y sus propietarios deben hacer acopio de paciencia para agilizar este proceso y ahorrarle un estrés adicional.
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